La sesión del 30 de septiembre estuvo dedicada a Manuel Zapata Olivella, la figura más destacada de la literatura afro en el país, y uno de los autores más leídos, comentados y estudiados a nivel internacional.
Por la vastedad de su obra, que abarcó diferentes géneros literarios, académicos y periodísticos, se dejó a libertad de los participantes escoger el libro que les llamara la atención. Compartiendo las diferentes impresiones, podríamos asomarnos a las diferentes facetas del autor y comprender de dónde salió toda la inspiración que hizo de él uno de los autores clave en el pensamiento, no solo afro, sino en esencia americano.
A continuación presentamos un texto preparado por Manuela Gómez Zapata, la nieta de Manuel.
Médico, novelista, antropólogo, cuentista, periodista, brujo y visionario, mi abuelo, Manuel Zapata Olivella, dedicaría su vida a la infatigable búsqueda de las raíces étnicas y culturales que incidieron en la formación del hombre americano, del pueblo colombiano, y esencialmente del hombre afrocolombiano. Esta sería el arma que escogería para la lucha y reivindicación del aporte de la herencia africana en la historia del país. Sus investigaciones quedarían testimoniadas en ensayos como “El Hombre Colombiano”, “La Rebelión de los Genes” o las “Claves mágicas de América”.
El afro conlleva una fuerza viva y creadora dinámica, actuante en el contexto de la cultura nacional; en nuestros pensamientos conscientes o inconscientes; en muchas de las manifestaciones materiales, espirituales y trascendentes del país. Desde luego, tan afro es nuestra identidad como India precolombina o europea. Manuel escribió numerosas publicaciones que lo llevarían a ser uno de los pensadores afrocolombianos más lúcidos y comprometidos con la sociedad y la época que le tocó vivir.
Invisibilizados los aportes de afros e indígenas en la historia académica que se nos inculcó, Manuel mantuvo en su discurso literario y antropológico un rechazo a las injusticias sociales y, lo más importante, una posición beligerante y contestataria de reivindicación histórica y humana, que convertirían su pluma en un arma de denuncia y esclarecimiento histórico, de reafirmación e identidad triétnica que quedaría reflejada en toda su obra.
El tema de la identidad y multiculturalidad no es nuevo en nuestra América mestiza. José Martí, en 1893 en su obra Nuestra América escribió: “Ni el libro yanqui, ni el libro europeo nos darán la clave del enigma hispanoamericano”.
Esta afirmación impulsó a Manuel a reflexionar incesantemente sobre el tema de la identidad y de la hibridez en nuestra geografía e historia. Según William Mina, hay 4 características que hacen que la obra de Manuel se diferencie de la de otros escritores que abordaron el tema del mestizaje:
Manuel no se identifica a sí mismo como “afrocolombiano” sino como colombiano afro-indio-europeo ya que reconoce en él su mestizaje racial, y se reconoce a sí mismo inmerso en esta paradoja. En la introducción de su autobiografía “Levántate mulato” escribe: “Hibrido o nuevo hombre? Soy realmente un traidor a mi raza? Un zambo escurridizo, un mulato entreguista? O sencillamente un mestizo que busca defender la identidad de sus sangres oprimidas”. Esta imagen nos permite entender que nuestro destino es afirmarnos en el maridaje de todas las sangres y en este sentido, escribir nuestra propia historia.
Todo esto para decir que la obra de Manuel no se puede circunscribir a lo “negro”, sino por el contrario debe concebirse como un aporte a la construcción de la identidad y de la hibridez colombiana y americana.
Quiero cerrar con esta cita de “Levántate Mulato, por mi raza hablará el espíritu”: “Medí mis fuerzas, mi pasado andariego, mis viajes por tan variadas culturas, mis sufrimientos por pertenecer a la llamada raza indigna, y de golpe comprendí –fue el momento del imponderable hantu*- que todo ese peregrinaje, sufrimientos y asombros estaban escritos en las tablas de Ifá** desde millones de años antes de nacer para que yo sirviera de escriba a la palabra analfabeta del pueblo negro. Recobraron entonces cuerpo, calor y luz las voces de mis abuelos de todas las sangres ”.
*Hantu: Predestinación, según la mitología yoruba o bantú
**Oricha del destino, imparcial, cuya emanación está grabada en sus tablas Sagradas donde permanecen inscritos los destinos pasados, presentes y futuros de las personas y del universo.
Recomendamos ver el documental "Manuel Zapata Olivella, abridor de caminos" de Adelaida López.
Para la próxima sesión:
El martes 4 de octubre nos acompañará Yesenia Escobar, una de las poetas afrocolombianas reunidas en la Antología de Mujeres Poetas Afrocolombianas, disponible en PDF o en cualquier biblioteca de la ciudad.